Posicionamiento relativo a la resolución del expediente INFOCDMX/RR.IP.5324/2024
Antecedentes del caso
Me interesa hacer la exposición del recurso 5324/2024 es sobre información que requirieron a la Alcaldía Gustavo A. Madero relacionada con personas líderes comerciantes, así como permisos y/o autorizaciones para ejercer el comercio en la vía pública en las calles.
En respuesta la Alcaldía se limitó a señalar que los Lineamientos para ejercer el comercio en vía pública se encuentran en el Acuerdo 11/98; que su sistema no arroja la información sobre el número de permisos otorgados para ejercer el comercio en la vía pública en los últimos diez años así como fue solicitada; además de no contar con un registro de líderes comerciantes.
En consecuencia, la persona se inconformó por respuesta incompleta.
Análisis de la Ponencia
En el análisis que realizamos en mi ponencia, se determinó que la queja es válida, ya que si bien, la Alcaldía refirió el Acuerdo en el que se encuentran los Lineamientos para ejercer el comercio en vía pública, no proporcionó ningún elemento sobre el trámite que se debe seguir para obtener autorización para poder ejercerlo. Además, se identificó que la Alcaldía sí cuenta con las atribuciones para poseer y entregar la información solicitada, y en su caso deberá explicar, de manera fundada y motivada, las razones por las cuales no cuenta con dicha información.
Relevancia
La Ciudad de México es una de las urbes más grandes del mundo y una de las que tiene el mayor número de personas que se dedican al comercio en la vía pública; aunque nadie sabe con certeza cuántas son, se cuentan por varios cientos de miles. Según la fuente que se consulte, se calcula que podrían ser entre 350,000 y 550,000 personas aproximadamente. Tan sólo en el Centro Histórico de la ciudad son cerca de 20,000, y pueden ascender al doble en ciertas épocas del año[1].
Desde la época de la gran Tenochtitlán, el comercio, en su mayoría al aire libre, ha sido uno de los pilares de la economía de nuestra ciudad. El mercado de Tlatelolco[2] fue la sede del tianguis más grande de Mesoamérica, el cual abastecía a la población mexica de todos los productos que en aquella época se podían imaginar. Su tamaño, orden y diversidad de mercancías llamaron la atención de los cronistas, quienes dejaron constancia en sus obras del complejo entramado de relaciones comerciales, políticas y sociales que diariamente se llevaban a cabo en el lugar.
A mediados del siglo XX, el entonces regente de la ciudad, Ernesto Uruchurtu, emprendió el primer gran intento por ordenar el comercio en la vía pública con la construcción de mercados públicos con servicios básicos para el comercio, en donde habría locales insertos en un gran edificio de una planta cerrado al exterior. Este modelo, que fue en gran medida exitoso, tuvo como una de sus consecuencias poner bajo control político el comercio ambulante, al condicionar el acceso a estos nuevos locales a que las y los comerciantes se organizaran alrededor de liderazgos reconocidos por el gobierno. La creación de estos liderazgos planteó a las y los comerciantes individuales la disyuntiva de agremiarse o desaparecer, lo que fortaleció dichos liderazgos. En este periodo se crearon mercados como el de La Merced, Tepito y La Lagunilla, y más de 55 mil comerciantes de la vía pública fueron instalados en mercados cerrados[3].
Sin embargo, una vez que terminó el programa de mercados públicos y todos los espacios fueron otorgados, el comercio en la vía pública, incluído en el transporte público, siguió en expansión, como lo podemos constatar hasta nuestros días.
Hoy en día, resulta normal apreciar como parte del paisaje urbano las largas filas de puestos que se ubican en las banquetas, cerca de las entradas de las estaciones del transporte público, e incluso en esa especie de villas formadas por tendejones de múltiples colores con mesas y mostradores improvisados; al tiempo que sin temor, pero tampoco sin alternativa, millones de personas circulamos a través de sus senderos con el riesgo que representan las redes de cables de diablitos, o los tanques de gas para cocinar alimentos.
El comercio en la vía pública es un ejemplo de una actividad que es un problema y, a la vez, una solución: representa una alternativa de empleo para miles de personas que tienen dificultades para insertarse en el mercado laboral formal, pero impone una competencia diferente, quizá desleal al comercio establecido, contribuye a la evasión tributaria, genera comportamientos ilegales y crea situaciones de riesgo para la sociedad.
En España, por ejemplo, el Consejo Andaluz de Cámaras de Comercio publicó recientemente un Manual y un Decálogo de buenas prácticas para el comercio ambulante[4], toda vez que la venta ambulante es quizás la más antigua forma de comercio existente, y además de ser un sector de considerable relevancia económica y social, que anima no sólo la vida económica de los lugares en que se realiza, sino también la vida vecinal, el desarrollo social y el uso de espacios públicos.
Estos documentos recogen una serie de consejos realistas y aplicables que, al presentarse de manera organizada, sirven como un elemento más para motivar la necesaria capacidad de transformación y mejora del sector. Así como para transmitir a la sociedad en general la imagen real de una actividad económica dinámica, adaptada al presente y con capacidad de ser cada vez más atractiva.
Además, con estas publicaciones en el caso español, las administraciones públicas disponen de un documento útil y de interés a la hora de proponer e implementar acciones para la mejora de esta actividad y como base de interlocución con el sector del comercio ambulante.
La gestión transparente y efectiva de la información y de los recursos del comercio en la vía pública es fundamental para preservar la esencia de esta actividad tan antigua y vigente de nuestra Ciudad de México: emblemática, llena de interacción, comercio y por supuesto cultura.
Propuesta de resolución al Pleno
Con base en lo anterior, propongo a este colegiado MODIFICAR la respuesta de la Alcaldía Gustavo A. Madero para que informe sobre el trámite para obtener la autorización para ejercer el comercio en la vía pública, así como para realizar una nueva búsqueda exhaustiva e informe cuantos permisos ha otorgado para comerciantes en la vía pública, en la zona referida, en los últimos diez años. Finalmente, deberá aclarar si existe o no para efectos de la organización de la Alcaldía, la denominación de líderes comerciantes o en su caso, el equivalente a este nombre, y de ser público el registro, entregar los nombres o en su caso clasificar la información como confidencial, y entregar por supuesto el acta de Comité correspondiente.
La nueva respuesta deberá ser emitida en un plazo no máximo de 10 días hábiles y notificada a la persona a través del medio señalado en el recurso de revisión.
Proyectista: Mitzy Monserrat Maya Mendoza.
Resolución INFOCDMX/RR.IP.5324/2024
[1] La calle para quien la ocupa. Las condiciones sociopolíticas de la globalización no hegemónica en México, Nueva Sociedad 241 / Septiembre – Octubre,
[2] El mercado de Tlatelolco, Instituto de Investigaciones Históricas, UNAM, https://www.noticonquista.unam.mx/amoxtli/1859/1856
[3] Amurallando espacios, jerarquizando poblaciones: el comercio, las calles y los mercados en la CDMX, Instituto de Investigaciones Jurídicas, UNAM, https://archivos.juridicas.unam.mx/www/bjv/libros/7/3062/7.pdf
[4] Buenas prácticas en el Comercio Ambulante, Consejo Andaluz de Cámaras de Comercio, 2018, https://comercio.camarasandalucia.com/buenas-practicas-ca